Desde el nombre romano Cecilio (ver CECILIA). Este era el nombre de un santo del siglo tercero, un compañero de San Cipriano. A pesar de que estaba en uso durante la Edad Media en Inglaterra, no llegó a ser común hasta el siglo 19, cuando fue dado en honor de la familia Cecil noble, que había sido destacada desde el siglo 16. Su apellido se deriva de la Welsh dado nombre Seisyll, que se deriva del nombre romano Sextilio, un derivado de Sexto.